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Principios accionables para guiar el ecosistema digital e interactivo
Entramos en la era de la inteligencia artificial. La automatización y la IA analítica, generativa y agéntica ofrecen algunas de las mayores oportunidades y riesgos para nuestra industria y sociedad que jamás hayamos visto. Junto con la IA podemos resolver problemas aparentemente sin solución y generar valor exponencial tanto a las organizaciones como a las personas.
La IA, en cualquiera de sus modelos, ofrece posibilidades como acceso al conocimiento, análisis para la toma de decisiones, comprensión del comportamiento de los usuarios y hasta la creación de estrategias.
Sin embargo, existen amenazas como falta de transparencia, la suplantación de identidad, las fake news, hacks o la exposición de datos, que generan desconfianza en las audiencias. A la vez, existe el riesgo de marginación laboral y de afectación a la industria creativa.
Cada eslabón de la cadena de marketing se está redefiniendo con la IA. Esta transformación requiere más que herramientas: exige criterio, propósito, cambio de pensamiento, de modelos de negocio, liderazgo y habilidades de los usuarios para crear valor agregado.
En un entorno que demanda tomar decisiones rápidamente, hemos establecido principios accionables que guíen nuestra transformación tecnológica, empresarial y cultural.
Es imposible prever el futuro, pero la inacción no es una opción.
El Manifiesto de IA para Marketing, Comunicación y Publicidad en México es una iniciativa colectiva liderada e impulsada por IAB México y la industria, que busca establecer principios, compromisos y lineamientos como una guía para el uso responsable, transparente y ético de la inteligencia artificial en el ecosistema de la comunicación digital.
Este documento reúne las perspectivas de organizaciones, marcas, agencias, medios, plataformas, miembros de la academia y especialistas con el objetivo de fomentar la innovación con confianza, proteger a las audiencias y garantizar que la adopción de la IA impulse el valor que aporta el marketing y la publicidad al país, siempre poniendo en el centro la creatividad, la transparencia y el respeto a las personas.
Para marcar un rumbo, proponemos una guía para la estrategia del ecosistema cuando hay objetivos en competencia:
Establecemos valores accionables para la toma rápida de decisiones, alineados con estándares internacionales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU):
1. Iterar hacia valor exponencial
Reinvertir los ahorros en tiempo y dinero, generados por la IA, en innovación para el crecimiento transformador de las empresas y buscar la rentabilidad sostenible.
2. Enfocarse en lo que importa
Aplicar la IA para generar valor real a las personas y a los negocios a partir del impacto en la creatividad de contenidos, calidad, confianza del usuario, relevancia de mensajes, desarrollo del talento y resiliencia de las organizaciones a largo plazo, más allá del costo y la eficiencia.
3. Diseñar para el contexto, la diversidad cultural y la equidad
Trascender las soluciones estándar para crear modelos auténticos, inclusivos y con enfoque de género, que promuevan la equidad y mitiguen sesgos, conectando con personas de distintos orígenes, identidades y condiciones.
4. Impulsar la gobernanza local de datos e IA
Generar valor de IA con perspectiva local. Siempre que sea posible, el almacenamiento, privacidad, control, protección y procesamiento de datos deben ocurrir dentro de marcos legales y éticos del entorno implicado que colaboren con tecnologías globales y regionales.
5. Minimizar los impactos ecológicos
Utilizar la IA de forma eficiente y responsable implica priorizar herramientas y procesos que reduzcan el consumo energético y de agua, integrando la sostenibilidad como prioridad estratégica.
6. Competir en igualdad de condiciones
Defender con firmeza a usuarios y clientes con prácticas responsables. Establecer límites claros y estándares para el uso ético de la IA, privilegiando la colaboración y alianzas entre empresas que protejan la propiedad intelectual, la transparencia en la creatividad y los derechos laborales.
7. Proteger datos y verificar los resultados
Reconocer los límites de los modelos y sistemas e integrar humanos en el diseño, dirección, consentimiento, trazabilidad y validación de la información. En todas las cadenas de suministro de datos, asegurar que el uso de la IA sea explicable, explícito y auditable para fortalecer la confianza en los resultados.
8. Crecer en conjunto
Impulsar un acervo común de talento y recursos como educación digital, capacitación, mejores prácticas y certificaciones para fortalecimiento de la industria.
Este Manifiesto constituye una base para inspirar a la industria de la mercadotecnia, comunicación y publicidad en el uso responsable de la IA, centrado en el ser humano. Sustentado en iniciativas internacionales, aporta principios accionables, adaptativos y estratégicos que evolucionan junto con la tecnología. Su adopción es voluntaria y de carácter autorregulatorio: cada organización se compromete a implementarlo según su contexto y capacidades para lograr un mejor proyecto de sociedad y país.
Basado en el “Manifiesto de IA” de MJ Petroni / Causeit, Inc., adaptado por IAB México bajo la licencia CC BY-NC-SA 4.0. Puedes compartirlo únicamente con fines educativos o sin lucro, citando a los autores y manteniendo las mismas condiciones. Uso comercial sujeto a autorización del autor original.
Muchas gracias a todas las personas que compartieron su visión y perspectivas para la construcción de este Manifiesto. El periodo de consulta pública concluyó el 2 de octubre.
Del 18 de septiembre al 2 de octubre de 2025 se realizó una consulta pública con el objetivo de conocer las impresiones y sugerencias de la audiencia respecto a la propuesta de Manifiesto realizada por IAB México y los co-autores de este documento. Conoce las aportaciones recibidas:
Definitivamente estamos viviendo una transformación sin precedentes como personas, compañías e industria gracias a las posibilidades que ofrece la Inteligencia Artificial. Para las empresas, es clave identificar en qué áreas deben profundizar y comenzar un proceso de evangelización interna que involucre a todo el personal.
El abanico de opciones es amplio: desde modelos de lenguaje, hasta modelos predictivos y de simulación de escenarios futuros; desde el uso de herramientas de AI que optimizan tareas operativas, hasta el diseño de nuevos modelos de negocio que impactan directamente en el P&L de las organizaciones.
Conocer y comprender este espectro de posibilidades no es opcional: es el primer paso para poder enfrentar con éxito los retos y oportunidades de e...
Me gustaría ver que este manifiesto inspire a las empresas a experimentar, a equivocarse y a aprender en el camino, sin miedo a romper paradigmas. Más que un conjunto de reglas, lo veo como un punto de partida para una conversación abierta y dinámica, donde la innovación y la responsabilidad evolucionan de la mano. El reto está en que cada organización encuentre su propio equilibrio, adaptando los principios del manifiesto a su realidad y contexto, y que la industria se atreva a liderar con autenticidad y visión de futuro.
En resumen, el Manifiesto de IA de IAB México es una oportunidad para que la industria se reinvente, poniendo la creatividad, la curiosidad y el aprendizaje continuo en el centro de la transformación digital.
...Me parece claro. De acuerdo con el contenido.
...De acuerdo con los puntos y temas contenidos en el manifiesto.
...Las firmas representan el compromiso colectivo de la industria para promover un uso responsable y ético de la inteligencia artificial en marketing y publicidad digital.
Súmate a esta iniciativa para construir un futuro donde la innovación conviva con la creatividad, la transparencia y el respeto a las personas. La adhesión estará abierta durante un año a partir de su lanzamiento oficial en octubre de 2025.
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Querido Gabriel Richaud, gracias por compartir el Manifiesto IA de IAB México; muy interesante, extiendo mi reflexión ante el mismo. Espero sea de utilidad para quienes nos dedicamos a la comunicación digital y el marketing. Aquí una lectura crítica reconociendo apuestas y retos.
Cuando la promesa inteligente tropieza con lo humano: lecturas al Manifiesto IA de IAB México
Dr. Jorge Alberto Hidalgo Toledo, Human & Nonhuman Communication Lab, Facultad de Comunicación, Universidad Anáhuac México
En plena euforia por la llegada imparable de la inteligencia artificial, IAB México ha decidido lanzar un manifiesto que quiere ser brújula ética, económica, cultural y técnica para el uso responsable del poder algorítmico. Pero ¿hasta qué punto ese documento cumple su misión filosófica? ¿Qué sombras revela cuando lo sometemos al escrutinio antropológico, comunicacional y moral? Aquí ofrezco una lectura que exige miradas cruzadas, no consignas estéticas.
Punto de partida: el manifiesto en su gravedad pública
El Manifiesto de IA de IAB México propone una hoja de ruta para el uso “ético, transparente y responsable” de la inteligencia artificial en marketing, comunicación y publicidad. Reconoce que estamos ante una de las transformaciones más profundas que hemos vivido: “la automatización y la IA analítica, generativa y agéntica ofrecen algunas de las mayores oportunidades y riesgos para nuestra industria y sociedad” (texto del manifiesto).
Se esbozan “principios de decisión” como iterar hacia valor exponencial, diseñar para la diversidad cultural y la equidad, impulsar soberanía de datos, minimizar impactos ecológicos, proteger datos y verificar resultados, crecer en conjunto. También se plantean prioridades jerárquicas: “combinación sobre automatización”, “talento sobre tecnología”, “ética sobre economía”, “autenticidad sobre volumen”.
No es trivial que una organización de la industria del marketing se atreva a incorporar en su manifiesto expresiones como “ética sobre economía” o “minimizar impactos ecológicos”. Eso significa que la industria reconoce tensiones irreductibles: entre ganar mercado, cortar costos y cuidar el mundo (social, humano, natural). Pero hay fisuras, omisiones y luces tenues que merecen ser interrogadas con rigor.
El acierto del manifiesto: equilibrio entre lo humano y lo algorítmico
Uno de los méritos del manifiesto es que evita caer en la tecnolatía ingenua. No promete sustitución del ser humano, sino “combinación sobre automatización” y “talento sobre tecnología”. Esa articulación me recuerda a Hannah Arendt cuando advierte que no todo progreso tecnológico es emancipador si no se coloca al servicio de la acción humana plenamente entendida. Arendt habla del “animal laborans” frente al “animal politicus”: la IA no puede ser solo instrumento de trabajo sino parte de un cuidado hacia la esfera de lo humano.
Asimismo, priorizar el talento —la fluidez en IA y el pensamiento crítico— sobre la mera adquisición de software es un gesto metodológico de fondo: se entiende que las tecnologías no corrigen faltas humanas, solo las amplifican. Esa intuición es compartida por Bruno Latour cuando señala que los artefactos tecnológicos “inscriben” comportamientos y relaciones. No basta con tener buen software, hay que cultivar culturas de uso.
Transparencia, verificación y límites: entre lo exigible y lo difuso
El manifiesto acierta al enfatizar la necesidad de “proteger datos y verificar los resultados”, de reconocer los límites de los modelos y de incluir validación humana. Cita la importancia de que cualquier cadena de suministro de datos o algoritmo sea explicable, transparente y con resultados veraces. Esa apuesta converge con la literatura de la “IA explicable” (XAI, eXplainable AI) y con los códigos de ética que exigen que una decisión algorítmica pueda ser auditada por humanos.
Sin embargo, el manifiesto no define grados, métricas o mecanismos concretos de transparencia. ¿Qué nivel de explicabilidad se demanda? ¿Quién audita? ¿Con qué sanciones administrativas o reputacionales? La diferencia entre un “principio aspiracional” y una política ejecutable no es menor. Aquí echo de menos un esquema específico de rendición de cuentas, quizá inspirado en mecanismos de auditoría algorítmica.
También, al hablar de “competir en igualdad de condiciones” comprometiéndose a “hacer negocios solo con quienes actúan de igual manera”, el manifiesto pone la vara alta, pero no ofrece reglas del juego claras para homologarla. En ese vacío, emergen riesgos de “lavado ético” (ethics-washing): declarar ética sin estructura verificable.
Diversidad, sesgos y epistemologías locales
Diseñar para contexto, diversidad cultural y equidad es un principio brillante. Reconoce que los modelos globales llevan sesgos históricos (colonialismos de datos, sesgos algorítmicos) y que la solución no es aplicar una plantilla universal. En esa línea el manifiesto reivindica la soberanía de datos: “generar valor de IA local para la gente local … siempre que sea posible, el almacenamiento, la gobernanza, la privacidad… deben ocurrir dentro de las fronteras”.
Pero me preocupa que no se hable explícitamente de epistemologías no hegemónicas, de inteligencias culturales indígenas o menores, ni de diálogos con saberes locales para co-diseñar algoritmos. La propuesta corre el riesgo de caer en una versión “localista” que reproduce estructuras dominantes, sin cuestionar quién produce las métricas y con qué sesgos internos de poder simbólico. En el contexto mexicano—pluricultural y plurilingüe—sería relevante incorporar mecanismos de consulta con comunidades marginadas, para que no solo sean sujetos de datos, sino coproductores de significado.
Sostenibilidad ecológica y economía circular de datos
Uno de los principios más atrevidos es el que exige “minimizar los impactos ecológicos”. La industria no siempre asume su huella energética, de agua ni de carbono. Este principio introduce una dimensión sistémica que trasciende al mero marketing. Aquí IAB México toca una vena crítica: en la era de la IA no solo debemos medir retornos de inversión sino “costos ecológicos invisibles”.
Sin embargo, la formulación sigue siendo genérica. ¿Qué estándares, qué métricas, con qué huella de carbono o consumo de agua se pueden comparar? No hay referencia a estándares internacionales (por ejemplo, iniciativas de Green AI, huella de carbono de data centers, modelos de eficiencia energética). Tampoco hay alianza explícita con organismos ambientales o de energía para certificar que las plataformas que apoya la industria cumplan criterios verdes.
Ética frente a economía: promesa y tensión
Enunciar “ética sobre economía” es un gesto potente. Pero en la práctica, muchas decisiones en agencias y marketing responden a la cuenta de resultados, al KPI, al ROI inmediato. ¿Cuánto peso puede tener la ética cuando el cliente exige volumen y menor costo? El manifiesto no ofrece un marco de trade-off, ni una ponderación cuantitativa de cuándo la economía puede ceder frente a la ética. Ese silencio puede convertirse en un lugar de ambigüedad.
En ese sentido, echo de menos un test ético cuantitativo: un “filtro de decisión algorítmica” para proyectos de IA (por ejemplo, ¿este proyecto pasa por una evaluación de riesgo ético vs impacto económico?). Las organizaciones podrían adoptar un “valor ético esperado” como contrapeso al ROI financiero.
Lo que falta: justicia algorítmica, educación ética y gobernanza consumidor-centrada
Algunas ausencias notables del manifiesto:
1. Justicia algorítmica: aunque se alude a evitar sesgos, no se explicita cómo garantizar justicia distributiva. No hay referencia a auditorías independientes de equidad, pruebas de disparate o mecanismos de reparación para grupos afectados.
2. Educación ética obligatoria: debe incorporarse no solo la fluidez en IA, sino una formación obligatoria en ética algorítmica, derechos digitales, semiotikismo y filosofía de la tecnología. No basta con cursos: requiere currículos certificados, tal como el manifiesto promueve recursos comunes y certificaciones, pero debe llegar a un nivel obligatorio mínimo para agencias y marcas.
3. Empoderamiento del usuario: el manifiesto pone en foco “las audiencias”, pero no se define cómo los usuarios pueden conocer, rechazar o fiscalizar el uso de IA en los mensajes que reciben. Se echa en falta un derecho explícito de “opt-out de decisión algorítmica publicitaria” o de “explicación al usuario” cuando la IA interviene en la comunicación.
4. Mecanismo sancionador o correctivo: estar conscientes de que las buenas intenciones no bastan. Si una agencia incurre en prácticas no transparentes, debe haber consecuencias reputacionales, sanciones definidas o procedimientos de mediación sectorial.
5. Alianzas interdisciplinarias: conviene involucrar especialistas externos (filósofos, sociólogos, antropólogos) en comités técnicos del manifiesto, para evitar que el diseño quede en manos solo de tecnólogos. Esa apertura fortalecería la legitimidad del documento.
6. Economía de datos circular: promover que los datos generados por sistemas de IA regresen a las comunidades como un bien invertido—por ejemplo, permitir que los usuarios accedan, reutilicen o tengan dividendos simbólicos de los datos generados sobre ellos.
Hacia agencias y mercadólogos con alma algorítmica
¿Qué pueden hacer quienes están en el terreno —mercadólogos, agencias, medios— para que este manifiesto trascienda el papel y se transforme en una cultura viva?
Adoptar un filtro de ética operativa: cada propuesta de IA debe superar un balance calculado entre impacto ético, costo ecológico y retorno económico. No es una pantalla retórica, sino un paso obligatorio.
Construir auditorías internas y externas: diseñar mecanismos regulares de auditoría de sesgos, verificabilidad, explicabilidad y equidad, con reporte público selectivo.
Radicalizar la transparencia hacia el usuario: que cada pieza publicitaria pueda explicarse como “este mensaje fue optimizado con IA X y parámetros Y”, y ofrecer al usuario un modo de entender o rechazar la intervención algorítmica.
Practicar la co-creación de contenido con públicos diversos, no imponer modelos centralizados: talleres con comunidades, encuestas de impacto cultural, colaboraciones locales.
Incorporar métricas ecológicas en los reportes de campaña: consumo energético estimado (modelos, servidores), huella de carbono del proyecto IA, compensaciones ambientales.
Apoyar iniciativas de educación ética en IA en universidades o asociaciones profesionales, para fortalecer una base de sentido compartido.
Participar activamente en la “construcción colaborativa” que propone el manifiesto: no ver el documento como una imposición, sino como un organismo vivo que debe adaptarse, corregirse, renovarse con aportaciones del ecosistema.
Si el manifiesto de IAB México representa un paso valiente hacia una industria más consciente, también revela que estamos en la encrucijada: podemos usar la IA como motor de dominación simbólica o como plataforma de emancipación ética. Entre la promesa y la práctica, quedan millones de decisiones pequeñas que definirán si este manifiesto será rito de apariencia o transformación real.
¿Estamos dispuestos a asumir que cada algoritmo que desplegamos es también un mensaje de mundo —y que los mercadólogos y comunicadores somos, en ese gesto, arquitectos de futuros íntimos?
Es muy importante asumir una posición como gremio para aprovechar las ventajas de la IA y tomar previsiones contra sus potenciales efectos negativos.
Gracias IAB porque este manifiesto es un paso muy positivo para la industria: ayuda a alinear visiones, generar conciencia y lanzar una narrativa ética compartida del uso de IA; pero solo como punto de partida.
El verdadero valor de este manifesto dependerá de como las organizaciones lo traduzcan en acciones concretas, métricas, auditorías y responsabilidades reales.
Invito a todo el que lea o este involucrado con este documento a tomarlo y lo lleve a la realidad.
De acuerdo con el manifiesto, encontrar propósito en esta evolución con la AI. Sobre todo concientizar del valor que implica esto para nuestra industria en términos talento, comerciales y cultura organizacional.
Completamente de acuerdo con el manifiesto. La IA es una hermosa herramienta para potenciar las capacidades humanas y para beneficio único y exclusivo del ser humano en el más amplio espectro de la palabra.
Hablar de IA es fácil; asumir sus consecuencias no. El reto no es adoptarla, es demostrar que puede crear valor real sin sacrificar ética ni talento. Lo demás es humo con buen branding.
¿Tienes un manifiesto, lineamiento o caso práctico sobre el uso responsable de la Inteligencia Artificial en tu empresa u organización? ¡Compártelo con nosotros! Escríbenos a contacto@iabmexico.com y ayúdanos a enriquecer este repositorio con más ejemplos que inspiren a la industria.